A pesar de que Apple promociona India como su próxima gran área de crecimiento, las nubes se acumulan sobre el mercado de teléfonos inteligentes del país.

Las cifras de la industria muestran que las ventas de teléfonos móviles en el país han caído al nivel más bajo desde 2019.

Se produce incluso cuando el jefe del gigante tecnológico dice que India se encuentra en un “punto de inflexión” con su creciente clase media.

Si bien Apple, que el mes pasado abrió sus dos primeras tiendas en India, aumentó su participación de mercado, los competidores más baratos luchan por vender sus teléfonos.

Según la firma de investigación International Data Corporation (IDC), se enviaron 31 millones de teléfonos inteligentes a India en los primeros tres meses del año.

Eso fue un 16% más bajo que el mismo período en 2022 y las entregas más bajas del primer trimestre en cuatro años.

IDC enfatizó que la demanda lenta se produjo en medio de una perspectiva económica incierta y debido a que los inventarios de teléfonos siguen siendo altos.

También dijo que el mercado general de teléfonos inteligentes de la India se mantendrá estable este año después de tres trimestres consecutivos de caída de las ventas.

Mientras tanto, algunos analistas han señalado la creciente tendencia de “premiumización”, cuando los consumidores adinerados se mueven hacia productos más caros.

“La participación del segmento premium casi se duplicó” en los primeros tres meses de este año en comparación con hace un año, según Prachir Singh, de la firma de investigación de mercado de tecnología Counterpoint.

Pero a medida que marcas como Apple y Samsung capitalizan esta tendencia, la demanda de teléfonos más baratos de compañías como Xiaomi y Realme de China se ha visto afectada por el difícil entorno económico.

Esa parte del mercado está sufriendo porque los usuarios tardan más en actualizar sus teléfonos, dicen los expertos.

El marcado contraste entre la suerte de Apple y la reducción del mercado de dispositivos más baratos también refleja una recuperación desigual después de la pandemia en la tercera economía más grande de Asia.

“La recuperación en forma de K no está permitiendo que la demanda de consumo sea de base amplia, ni está ayudando al crecimiento de los salarios, especialmente para la población que pertenece a la mitad inferior de la pirámide de ingresos”, dijo India Ratings and Research.

“Como resultado, si bien existe una demanda visible de automóviles de alta gama, teléfonos móviles y otros artículos de lujo, la demanda de bienes de consumo masivo sigue siendo moderada”, agregó.

Por ejemplo, las ventas de scooters de nivel de entrada cayeron casi un 20 % en abril de este año, en comparación con el mismo mes de 2019, antes de que llegara la pandemia.

Esto indica que los clientes de bajos ingresos “todavía dudan en actualizarse”, según Manish Raj Singhania, presidente de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automóviles.

También refleja los problemas actuales en la economía rural de la India, exacerbados por los fenómenos meteorológicos extremos.

La falta de demanda rural también ha alimentado la disminución de los productos básicos de consumo, como los bocadillos y las bebidas carbonatadas, donde el crecimiento se ha reducido a un dígito después de un año y medio de ganancias de dos dígitos.

El gasto de los hogares en bienes y servicios, que había aumentado un 20 % interanual en marzo de 2022, también se ha desacelerado considerablemente este año.

Se produjo cuando los consumidores de la India se han visto presionados por el aumento de las tasas de interés y la inflación obstinadamente alta.

En general, el crecimiento económico del país se desaceleró al 4,1% en los primeros tres meses de 2023, el crecimiento más lento en un año, según muestran las cifras oficiales.